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¿Por qué septiembre en realidad debería ser el séptimo mes del año?

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Introducción

El calendario es una herramienta esencial para la organización del tiempo en nuestra sociedad. Desde tiempos ancestrales, los seres humanos han tenido que calcular el paso de los días, semanas, meses y años para la realización de diversas actividades. Es por ello que la evolución de los calendarios ha sido una constante a lo largo de la historia, y hoy en día, contamos con calendarios precisos y rigurosos que nos permiten llevar a cabo nuestras actividades diarias con exactitud. En este artículo, vamos a profundizar en la historia de los calendarios, en particular, en el calendario gregoriano que se utiliza en gran parte del mundo, y vamos a plantear la pregunta: ¿Por qué septiembre debería ser el séptimo mes del año?

Historia de los Calendarios

Los primeros calendarios fueron creados por las civilizaciones antiguas que observaban los movimientos del sol y de la luna. Los calendarios lunares, que eran basados en los ciclos lunares, fueron utilizados por los antiguos romanos, griegos, egipcios y babilonios. El primer calendario solar fue inventado por los antiguos egipcios en el año 4236 a.C., que constaba de 365 días divididos en 12 meses de 30 días cada uno, más cinco días adicionales que no pertenecían a ningún mes. Este sistema de calendario solar fue adoptado por los romanos, y más tarde, por gran parte de Europa y el mundo occidental. Sin embargo, el calendario solar tenía un problema. El año solar, o el tiempo que tarda la tierra en completar una órbita alrededor del sol, no es exactamente de 365 días sino de 365.2422 días. Esto significa que el calendario solar pierde cerca de un día en cada cuatro años. Con el tiempo, el calendario solar se desfasaría con las estaciones, lo que provocaría problemas tanto prácticos como religiosos.

El Calendario Juliano

Para tratar de solucionar este problema, el emperador romano Julio César introdujo en el año 45 a.C. el calendario juliano, que añadía un día cada cuatro años, lo que se conoce como año bisiesto. Este calendario solar constaba de 365 días divididos en 12 meses, y añadía un día extra al mes de febrero cada cuatro años. El calendario juliano se utilizó durante siglos en gran parte de Europa, pero aún tenía problemas de desfase con el año solar. A lo largo de los siglos, el calendario juliano se desfasó casi 10 días con respecto al calendario solar.

El Calendario Gregoriano

En 1582, el Papa Gregorio XIII propuso un nuevo calendario, que dio lugar al calendario gregoriano que se utiliza en gran parte del mundo actual. Este calendario solar fue diseñado para corregir los errores del calendario juliano y establecer una medida más precisa del tiempo. El calendario gregoriano consta de 365 días divididos en 12 meses, con un año bisiesto cada cuatro años, igual que el calendario juliano. Sin embargo, para evitar un desfase con el año solar, el calendario gregoriano omite tres años bisiestos cada 400 años.

¿Por qué septiembre debería ser el séptimo mes del año?

El calendario romano original, que se basaba en el ciclo lunar, constaba de 10 meses. La palabra "septiembre" proviene del latín "septem", que significa siete. En el calendario romano, septiembre era el séptimo mes del año. Sin embargo, cuando se introdujo el calendario juliano, se añadieron dos meses adicionales al año para que los meses correspondieran a las necesidades prácticas y religiosas de la época. Aunque el nombre de septiembre se mantuvo, y actualmente es el noveno mes del año en el calendario gregoriano, algunos argumentan que debería volver a ser el séptimo mes del año. Las razones para esto son varias. En primer lugar, el nombre "septiembre" no corresponde a su posición en el calendario actual. Si bien es cierto que la palabra "septem" significa siete, en la actualidad, septiembre es el noveno mes del año. Algunos argumentan que esto es confuso y que el nombre debería cambiar. En segundo lugar, la idea de que septiembre debería ser el séptimo mes del año se ajustaría más a la idea original del año romano, y mantendría una conexión más estrecha con la historia y la cultura de la época. Sin embargo, cambiar el orden de los meses sería una tarea difícil y costosa. Ya que, requeriría cambios en los sistemas informáticos, las diversas leyes estatales, las prácticas culturales y religiosas, y muchos otros aspectos de la vida moderna. Además, cualquier cambio podría generar confusiones y dificultades, especialmente en la transición entre los calendarios.

Conclusión

Desde los calendarios lunares utilizados por las antiguas civilizaciones hasta el calendario gregoriano desarrollado en el siglo XVI, los calendarios han sido una herramienta vital para el seguimiento y organización del tiempo. Aunque algunos argumentan que septiembre debería ser el séptimo mes del año debido a su nombre y su estrecha conexión con la historia y cultura romanas, cualquier cambio sería difícil y costoso. En cualquier caso, el calendario es una herramienta que seguirá evolucionando, adaptándose a los cambios en la cultura, religión, y la vida moderna. A medida que avanza el tiempo, los calendarios siempre estarán presentes para ayudarnos a organizarnos y planificar nuestras actividades diarias.