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Los calendarios de la revolución francesa: su breve duración

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Introducción

El calendario es una herramienta imprescindible en nuestras vidas. Nos ayuda a organizar nuestro tiempo, planificar eventos y establecer fechas importantes. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en la historia de los calendarios y cómo han evolucionado a lo largo de los siglos? En este artículo, exploraremos los calendarios de la Revolución Francesa y su breve duración.

El Calendario Gregoriano

Antes de hablar sobre los calendarios de la Revolución Francesa, es importante entender el origen del calendario que utilizamos en la actualidad: el calendario gregoriano. Este calendario fue diseñado por el papa Gregorio XIII en 1582 para reemplazar el calendario juliano, que se había utilizado durante más de mil años. La principal diferencia entre ambos calendarios es que el calendario gregoriano incluye un día adicional cada cuatro años (el año bisiesto) para ajustar el calendario con el tiempo real que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol. El calendario gregoriano se convirtió en el calendario civil de la mayor parte del mundo occidental y es el calendario utilizado actualmente en la mayoría de los países.

Los Calendarios Republicanos de la Revolución Francesa

Durante la Revolución Francesa, los líderes revolucionarios decidieron crear un nuevo calendario para celebrar la nueva era republicana. Este nuevo calendario reemplazaría al calendario gregoriano y estaría en consonancia con los ideales de la Revolución: secularismo, igualdad y libertad. El tiempo fue dividido en doce meses, cada uno con tres semanas de diez días cada una. Además, se crearon nuevos nombres para los meses basados en fenómenos naturales asociados con la época del año. Por ejemplo, el mes de septiembre fue llamado "Termidor" en honor al período más caluroso del año. El primer día del calendario fue 22 de septiembre de 1792, el día en el que los líderes de la Revolución francesa declararon la República. El año comenzó en 1792, y cada año se sumaba un número adicional.

Los Nombres de los Meses

Los nombres de los meses del calendario republicano eran muy diferentes a los del calendario gregoriano. Aquí te presentamos los nombres de los doce meses:
  • Vendémiaire (vendimia)
  • Brumaire (bruma)
  • Frimaire (helada)
  • Nivôse (nieve)
  • Pluviôse (lluvia)
  • Ventôse (viento)
  • Germinal (germinación)
  • Floréal (floración)
  • Prairial (pradera)
  • Messidor (cosecha)
  • Thermidor (calor)
  • Fructidor (frutas)

La Razón detrás del Calendario Republicano

Los líderes revolucionarios creían que el calendario gregoriano estaba lleno de connotaciones religiosas, por lo que decidieron crear un nuevo calendario secular que estuviera en línea con los ideales de la Revolución Francesa. Además, el nuevo calendario se creó con la intención de acabar con las celebraciones religiosas y tradicionales que se habían celebrado en el pasado. Creían que estas celebraciones y tradiciones eran un medio para mantener el poder de la nobleza y el clero.

La Breve Duración del Calendario Republicano

A pesar de los ideales revolucionarios detrás del calendario republicano, no duró mucho tiempo. El calendario se impuso en Francia en 1793 y se utilizó oficialmente hasta finales de 1805. Sin embargo, durante este tiempo, el calendario nunca fue aceptado totalmente por la población francesa. Muchas personas se resistieron a abandonar el calendario gregoriano, que había sido parte de su vida durante generaciones. Además, cuando Napoleón Bonaparte llegó al poder, se decidió volver al uso del calendario gregoriano. Se creía que el antiguo calendario era necesario para establecer buenas relaciones con otros países y para facilitar el comercio.

Conclusión

A pesar de su corta duración, el calendario republicano de la Revolución Francesa es un ejemplo único de cómo una tradición tan arraigada como el calendario puede ser modificada para adaptarse a los ideales de una revolución política. El nuevo calendario fue creado para ser más secular y democrático, y establecer nuevos nombres, y una duración diferente de los meses. A pesar de que el calendario no perduró en el tiempo, su legado sigue vigente como un ejemplo histórico de cómo los símbolos culturales pueden cambiarse y influir en la sociedad.